Pensamiento rápido y pensamiento lento I

Hola a todos y bienvenidos un domingo más a mi blog, yo soy Andrea Doadrio y aquí hablamos de psicología.
Hoy os traigo un artículo donde os voy a hablar del “pensamiento rápido” y del “pensamiento lento” y cómo estos nos afectan en nuestra capacidad de atención y autocontrol. Sin embargo, dividiré el artículo en dos entradas para poder hacer una introducción lo más clara posible y profundizar sobre el tema la próxima semana.
En primer lugar, vamos a empezar definiendo estos dos tipos de pensamiento:
- El pensamiento rápido o Sistema 1 opera rápidamente y de forma automática, es decir, no necesita un esfuerzo consciente y por ello, tenemos la sensación de no tener un control voluntario sobre él. Podríamos decir que se basa en nuestra intuición, pues genera impresiones y sentimientos. Es el mismo sistema del que os hablé en el artículo de los tres cerebros y representaría la vía roja.
- El pensamiento lento o Sistema 2 es un modo de pensamiento que busca centrar nuestra atención en las diferentes actividades mentales que lo soliciten (por ejemplo cuando queremos multiplicar 17×15). Por ello, se asocia a nuestra forma de actuar, elegir o concentrarnos. Este sistema representaría la vía verde en el artículo de los tres cerebros.
Dicho esto y como la mayor parte de nosotros sabemos, la atención se encuentra limitada por la realización simultánea de actividades que requieran algún tipo de esfuerzo, pues terminan interfiriendo unas con otras. Es decir, se encuentran limitadas por la capacidad de nuestro Sistema 2. Eso sí, podemos realizar simultáneamente varias actividades que resulten fáciles y cómodas, pues en éstas actúa el Sistema 1.
Por ejemplo, piensa en cuando comenzaste a conducir. Es muy probable que a la hora de aparcar tuvieras que apagar la radio o dejases de escuchar algo que te estuvieran contando, pero ¿y ahora? Una vez que hemos automatizado la tarea vamos a ser capaces de aparcar mientras hablamos o pensamos en otras cosas.
Esos dos sistemas están siempre activos; pero mientras que el Sistema 1 actúa automáticamente y reacciona constantemente, el Sistema 2 se encuentra en un modo de “mínimo esfuerzo”, aprobando las intenciones e intuiciones del Sistema 1, convirtiéndolas en creencias y los impulsos en acciones voluntarias. De esta forma, el Sistema 2 termina aceptando la mayor parte de las veces, las sugerencias del Sistema 1 con escasa o ninguna modificación.
¿Para qué sirve el Sistema 2 entonces?
Es el Sistema 2 el que controla continuamente nuestro comportamiento (al fin y al cabo es el responsable de volver los impulsos acciones voluntarias) y como tal es quien reacciona cuando estamos a punto de cometer un error, por ejemplo, comportarnos de forma adecuada ante nuestro jefe pese a estar enfadados, o controlarnos justo antes de decir algo que pueda incomodarnos.
De esta forma, podemos decir que la mayor parte de las cosas que pensamos y hacemos se generan en el Sistema 1, pero es el Sistema 2 quien toma las riendas cuando una situación se vuelve complicada y quien tiene la última palabra.
Por último, recordad que la semana que viene incidiré en el agotamiento del ego, un fenómeno producido por el esfuerzo continuo de autocontrol.
Gracias por tus comentarios
Bibliografía: Kahneman, D. (2012) Pensar rápido, pensar despacio. Random House Mondadori, S.A., Barcelona.
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