Un camino circunstancial
“Yo soy yo y mis circunstancias; si no las salvo a ellas no me salvo yo” con esta frase el filósofo Ortega y Gasset puso de manifiesto la fuerte unión que existe entre lo que somos y lo que nos rodea. Cuando Ortega y Gasset habla sobre esta circunstancia se puede entender como la cultura, la familia y la sociedad en la que crecemos, pero no solo consta de esos ámbitos; las circunstancias con las que vivimos también son nuestro carácter, nuestra personalidad y otras características tanto físicas como psicológicas. Pero, entonces ¿qué es el “yo”? ¿cómo se forma? El “yo” es la comprensión y explicación que cada uno le da a su circunstancia.
Dicho esto y hablando de las circunstancias que nos rodean, es posible que creamos que son rígidas y por tanto, no pueden ser cambiadas. Sin embargo, una vez que aceptamos las características de lo que nos rodea, comenzamos a descubrir la libertad que tenemos a la hora de tomar decisiones en el presente que nos complazcan y que nos lleven a un futuro que nos llene.
Con todo esto en mente, decidí ser psicóloga sanitaria; disfruto acompañando a cada persona en su proceso de crecimiento personal, emocional y social. Además, y con el fin de dar lo mejor de mí misma a mis pacientes, me he especializado en diversas corrientes psicológicas y así, tengo la capacidad de adaptarme a las diferentes necesidades de cada persona; con el fin de que puedan cuidarse y quererse en el presente, sanar su pasado y mejorar su futuro viviendo en paz consigo mismos y con su circunstancia a través del amor incondicional.
Asimismo, considero que la comprensión de uno mismo, de la propia historia, pensamientos, emociones, conductas y necesidades, es un paso esencial para aprender a querernos; y a pesar de que salir de la zona de confort es agotador e incluso, doloroso; el camino es mucho menos sinuoso y los obstáculos son más fáciles de sortear si se cuenta con la compañía y el apoyo adecuado.